GRÁFICA EN IBEROAMÉRICA
Peter Mussfeldt S.
Artista
Años atrás, en una Bienal de Diseño, organizada por
la Asociación de Diseñadores Gráficos de Quito, Neville Brody, invitado y
jurado de la misma, asombrado frente a las obras expuestas comentó que él
esperaba ver una gráfica más ligada a la idiosincrasia del Ecuador; sin
embargo, lo que encontró fue una gráfica eminentemente globalizada, con una
pérdida total de identidad. Una gráfica que puede estar en cualquier parte y
nadie puede deducir que viene del Ecuador.
Esa inquietud expresada a través de una
manifestación gráfica, la cual no se identifica con su país, nos tiene
preocupados desde hace algún tiempo atrás.
Por tal motivo, deseo exponer aquí que estas
inquietudes han existido durante mucho tiempo entre los diseñadores y personas
vinculadas a la comunicación visual; y que en el Ecuador, así como también
países vecinos, reclaman, insinúan y piden VOLVER A LO NUESTRO.
Es un tema ambiguo y merece un análisis más
profundo, pero el espacio aquí alcanzaría sólo para expresar ciertas inquietudes.
Sin embargo, no deseo levantar una polémica referente a afirmaciones de que es
“lo nuestro”.
En primera instancia, no tiene nada que ver con
“las culturas milenarias del pasado”. Una sociedad que vive su lapso actual,
involucra en su vida cultural, especialmente en esta parte del continente
Sudamericano, elementos de las culturas anteriores. Pero más bien
decorativamente, no como base para sostener la comunicación visual de la actual
sociedad.
Imagínese que cada país del mundo deba basar su
comunicación visual en imágenes del pasado de cientos de años atrás, lo cual
nos desvincularíamos totalmente del tiempo actual.
Pero al mencionar al Ecuador y los últimos cien
años acontecidos, donde la gráfica tenía predominación en los deficientes medios
de comunicación impresa -periódicos, revistas, productos, afiches, entre
otros-, con una calidad de impresión muy lamentable, época que me tocó vivir en
parte. Dicha gráfica marcó, a través de los años, la mente del público, así
como esta sociedad avanzó en esa época y recibió relevantes influencias,
también la gráfica se intervino cambiando forma y contenido.
Esta sociedad entonces, sin grandes avances en su
forma de vivir, sin grandes saltos estructurales, se enfrentó de un momento a
otro, a un cambio monumental, a la ‘Era de la Telecomunicación’, un acceso
directo al mundo. Por ende, Ecuador no podía reaccionar negativamente frente a
esa revolución, pero drásticamente se cambió el ámbito social – comercial, en
síntesis, lo que aquí nos preocupa, LO NUESTRO adquirido a través del tiempo. Los
valores de antes ya no eran sostenibles y se los reemplazó por imágenes que
todavía no correspondían a su propia convivencia, sino a una adquirida, la cual
de ahora en adelante, requiere un tiempo prudente para llenarse de contenidos
visuales propios.
La gráfica Iberoamericana en gran parte está
globalizada y de acuerdo a su fuerza, al potencial creativo de sus diseñadores,
adquiere poco a poco la tónica, la idiosincrasia de cada país. Neville Brody,
eventualmente en 20 años más, podrá notar LO NUESTRO más presente en todo.
Por ahora en el Ecuador estamos en una vía de
asimilación. Contamos con excelentes diseñadores que dedican su potencial a
diversas áreas de comunicación. Por otra parte, existe una apreciación errónea
de la gente, frente a lo que desean ver de la gráfica del continente
sudamericano. Tomemos el caso EUROPA y sus
diferentes países. El público no sabe -si no fuese por el idioma- diferenciar
la gráfica alemana versus la suiza, francesa, italiana, rusa o polaca.
En el año 1959 escapé como estudiante de Arte de la
opresión en Alemania Oriental. Ignorante del contenido y la forma del arte
occidental, fue marginado porque no entro en el concepto del realismo social -arte
para el campesino y trabajador- por lo que consecuentemente, la Unión Soviética
impuso a sus estados satélites. Por otra parte, quedé fascinado de los dibujos
de Pablo Picasso; y en pocos meses, a mi manera, mis dibujos parecían haber
sido ilustrados por Picasso.
Recuerdo que hice una carpeta de grabados lineales
con diez poemas de Goethe. Orgulloso los presenté a mi Profesor en
Dusseldorf; pero, tajante y poco pedagógico me dijo: “es fácil seguir una línea
ya trazada por otro”. Aquel comentario me mató. Él no comprendió en absoluto
que muchos talentos inquietos, primero asimilan otro artista y se enriquecen
con sus definiciones hasta que poco a poco se descubren a sí mismo. Esto está
pasando con la gráfica en Latinoamérica, especialmente en el Ecuador.
El tiempo formará finalmente los propios valores. Hoy
en día, ya no dibujo como Picasso, sino como PETER MUSSFELDT.
El tema expuesto levanta ya en muchas partes polémicas,
lo cual es sano para llegar finalmente a entendimientos pero los cuales solo se
consiguen enfrentándolos.
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