EN BUSCA DE LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA,
POLÍTICA, COMERCIAL Y EDUCATIVA
Ab. Aldo Maino Isaías
Rector
Tecnológico Espíritu Santo
El continente europeo desde la década de los
noventa está en busca de una integración económica, comercial y educativa. Todo
buscando su debido proceso y su respectiva planificación. La integración económica
y política se intenta formar desde la creación de la comunidad europea. Una vez
unidos y planificados buscan una moneda única en aras de estimular la economía
del bloque y fomentar el comercio entre las naciones. Pero como es lógico y de
sentido común, la política, la economía y el comercio están fundamentadas no en
fórmulas mágicas ni complejas como podría parecer; sino primero en personas
capaces de hacer que toda esta planificación sea un hecho. Y tal cual, la
integración educativa no podría quedarse rezagada. Desde 1998 con la Declaración
de La Sorbona, que como objetivo macro buscaba armonizar el sistema de
educación superior y posteriormente en 1999 con la Declaración de Bologna,
donde se introduce un sistema de grados académicos que sean fácilmente
reconocibles y comparables, donde se promueve la movilidad de estudiantes,
profesores e investigadores. Más allá de estos enunciados, el más destacado,
asegurarse una calidad educativa integrada en una Europa fuerte.
Podrán existir muchas posturas relacionadas a
la conveniencia o no de la moneda única, de la integración económica o
política; pero sin duda, la integración educativa es un proceso muy alentador y
adecuado para fortalecer la educación superior a través de políticas de cooperación
basadas en la calidad académica.
Este proceso está basado en dos ciclos: el
primero enfocado netamente al mercado laboral, mediante una carrera de 3 años
de duración; y el segundo, de maestría una vez completado el primero. Todo este
esquema fortalecido con un sistema integrado de créditos, ECTS (European Credit
Transfer System); un calendario homogenizado y un reconocimiento completo de
estudios cursados.
El primer ciclo equivalente a títulos de 3
años, ha hecho inclusive a los Estados
Unidos de Norteamérica, no solo buscar la fórmula de continuar con el
intercambio de estudiantes que se acoplen a esto ciclos integrados; sino
empezar un profundo debate sobre la duración de sus títulos, planteándose
propuestas de reducción de tiempo de estudios manteniendo la misma carga académica.
Esta corriente no esperó para llegar a América
Latina, a través del Proyecto Tuning (que significa Sintonizar o afinar), que
en un trabajo conjunto con académicos europeos, busca una integración casi
idéntica a la europea.
Sin duda esta integración es necesaria,
inminente y posiblemente ya este de plazo vencido. Ecuador primero deberá
ordenar su casa, como se lo está haciendo, para luego buscar una “sintonía” latinoamericana e
intercontinental. Pero por sobre todo
debemos tener muy en cuenta que esta integración pregona una metodología que
mide la enseñanza mas no el aprendizaje, por lo que cada institución de
educación superior no se podrá deslindar la responsabilidad adquirida en formar
profesionales, más allá que sintonizados,
con verdaderas bases y conocimiento.
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